La lucha contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Venezuela se ve limitada por la escasez de reactivos para la obtención de diagnósticos en hospitales públicos y debido a la poca labor de prevención que registra el país, según ONUSIDA y organizaciones no gubernamentales.
La representante de ONUSIDA en Venezuela, Adriana Ponte, dijo a EFE que en el país hay una muy baja disponibilidad de pruebas de carga viral en los centros gratuitos de salud debido a la misma escasez de reactivos, lo que impide a los pacientes conocer sus niveles de VIH en la sangre y evaluar la efectividad de los fármacos prescritos.
Explicó que el país -donde ONUSIDA estima que hay 100.000 personas que viven con el virus, de las cuales 73.000 están en tratamiento- cuenta con una cobertura de medicamentos para las personas seropositivas gracias a la subvención del Fondo Mundial para el VIH, la tuberculosis y la malaria.
De acuerdo con estos datos, los grupos más afectados por el VIH son los «hombres que tienen sexo con hombres», las mujeres trans, personas prostituidas, la población reclusa y miembros de comunidades indígenas, como el caso de la etnia Warao, que tiene una prevalencia de 9,6 % frente al 0,5 % que se estima en el país.
La prevención «se ha descuidado»
Venezuela figuraba en 2016 como un país de medio-alto ingreso en el Banco Mundial, lo que planteó un problema ese año -cuando el Estado dejó de comprar medicamentos contra el VIH-, pues la nación petrolera no clasificaba como Estado de bajo ingreso para recibir ayuda internacional, dijo a EFE César Pacheco, director de la Unidad de Respuesta de VIH de la ONG Acción Solidaria.
Recordó que varias ONG, en articulación con la Organización Panamericana de la Salud y ONUSIDA, se unieron para demostrar la necesidad de medicamentos de Venezuela, que registró, según la ONU, un 84 % de desabastecimiento de antirretrovirales en 2018, el año en el que fueron aprobados los primeros fondos de emergencia.
Desde entonces, el suministro de medicamentos mejoró, dijo a EFE el médico infectólogo Mario Comegna, quien afirmó que actualmente «hay buena distribución y esquemas alternativos», pero -advirtió- «tan importante» como dar las medicinas es «hacer las campañas de prevención».
«Se le dio prioridad (a las medicinas) por el tema de crisis humanitaria (…). Inviertes más en poder salvar a la gente que está infectada, pero tiene tanto peso, o más, a veces, la parte de prevención», manifestó.
El Gobierno, que administra las medicinas dadas por el Fondo Mundial y las otorga de manera gratuita, asegura que Venezuela cuenta con pruebas rápidas para la pesquisa de enfermedades o infecciones de trasmisión sexual, entre ellas el VIH, pese a que estas no siempre se consiguen en todos los hospitales públicos.
EFE
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ONUSIDA alerta que en el país hay una muy baja disponibilidad de pruebas de carga viral en los centros gratuitos de salud
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La lucha contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Venezuela se ve limitada por la escasez de reactivos para la obtención de diagnósticos en hospitales públicos y debido a la poca labor de prevención que registra el país, según ONUSIDA y organizaciones no gubernamentales.
La representante de ONUSIDA en Venezuela, Adriana Ponte, dijo a EFE que en el país hay una muy baja disponibilidad de pruebas de carga viral en los centros gratuitos de salud debido a la misma escasez de reactivos, lo que impide a los pacientes conocer sus niveles de VIH en la sangre y evaluar la efectividad de los fármacos prescritos.
Explicó que el país -donde ONUSIDA estima que hay 100.000 personas que viven con el virus, de las cuales 73.000 están en tratamiento- cuenta con una cobertura de medicamentos para las personas seropositivas gracias a la subvención del Fondo Mundial para el VIH, la tuberculosis y la malaria.
De acuerdo con estos datos, los grupos más afectados por el VIH son los «hombres que tienen sexo con hombres», las mujeres trans, personas prostituidas, la población reclusa y miembros de comunidades indígenas, como el caso de la etnia Warao, que tiene una prevalencia de 9,6 % frente al 0,5 % que se estima en el país.
Venezuela figuraba en 2016 como un país de medio-alto ingreso en el Banco Mundial, lo que planteó un problema ese año -cuando el Estado dejó de comprar medicamentos contra el VIH-, pues la nación petrolera no clasificaba como Estado de bajo ingreso para recibir ayuda internacional, dijo a EFE César Pacheco, director de la Unidad de Respuesta de VIH de la ONG Acción Solidaria.
Recordó que varias ONG, en articulación con la Organización Panamericana de la Salud y ONUSIDA, se unieron para demostrar la necesidad de medicamentos de Venezuela, que registró, según la ONU, un 84 % de desabastecimiento de antirretrovirales en 2018, el año en el que fueron aprobados los primeros fondos de emergencia.
Desde entonces, el suministro de medicamentos mejoró, dijo a EFE el médico infectólogo Mario Comegna, quien afirmó que actualmente «hay buena distribución y esquemas alternativos», pero -advirtió- «tan importante» como dar las medicinas es «hacer las campañas de prevención».
«Se le dio prioridad (a las medicinas) por el tema de crisis humanitaria (…). Inviertes más en poder salvar a la gente que está infectada, pero tiene tanto peso, o más, a veces, la parte de prevención», manifestó.
El Gobierno, que administra las medicinas dadas por el Fondo Mundial y las otorga de manera gratuita, asegura que Venezuela cuenta con pruebas rápidas para la pesquisa de enfermedades o infecciones de trasmisión sexual, entre ellas el VIH, pese a que estas no siempre se consiguen en todos los hospitales públicos.
EFE
Salud – Efecto Cocuyo