Trump elige como regulador de las ‘telecos’ a un duro crítico de los gigantes tecnológicos

Un aliado de Elon Musk estará al frente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos. El presidente electo, Donald Trump, anunció este domingo la designación de Brendan Carr, de 45 años, como futuro presidente del organismo regulador, del que ya es comisionado. Carr tiene una visión radical del sector de las telecomunicaciones y de las grandes tecnológicas. Es contrario al principio de neutralidad en la Red, lo que anticipa un nuevo bandazo regulatorio. Además, acusa a las grandes tecnológicas de formar un “cartel de la censura” por tener políticas de moderación de contenidos que tratan de poner coto a la desinformación.

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 El presidente electo escoge a Brendan Carr, el favorito de Elon Musk, para ponerse al frente de la Comisión Federal de Comunicaciones  

Un aliado de Elon Musk estará al frente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos. El presidente electo, Donald Trump, anunció este domingo la designación de Brendan Carr, de 45 años, como futuro presidente del organismo regulador, del que ya es comisionado. Carr tiene una visión radical del sector de las telecomunicaciones y de las grandes tecnológicas. Es contrario al principio de neutralidad en la Red, lo que anticipa un nuevo bandazo regulatorio. Además, acusa a las grandes tecnológicas de formar un “cartel de la censura” por tener políticas de moderación de contenidos que tratan de poner coto a la desinformación.

Carr es el republicano de mayor rango entre los cinco comisionados de la FCC. Fue confirmado unánimemente por el Senado en tres ocasiones y fue nominado para miembro de la comisión tanto por Trump como por el presidente Joe Biden. “Su mandato actual se extiende hasta 2029 y, debido a su excelente trabajo, ahora lo designaré como presidente permanente”, dijo Trump en su comunicado.

“El comisionado Carr es un defensor incansable de la libertad de expresión y ha luchado contra la guerra legal regulatoria que ha limitado las libertades de los estadounidenses y frenado nuestra economía. Pondrá fin a la avalancha regulatoria que ha perjudicado a los creadores de empleo e innovadores en Estados Unidos, y garantizará que la FCC cumpla con las necesidades de las zonas rurales de este país”, añadió. Carr escribió el domingo que se sentía “agradecido y honrado”. “Debemos desmantelar el cártel de la censura y restablecer los derechos de libertad de expresión para los estadounidenses de a pie”, tuiteó en otro mensaje en la red social X.

Carr es uno de los redactores del programa máximo de los conservadores, el llamado Proyecto 2025, impulsado por la Fundación Heritage. Trump trató de distanciarse del mismo en campaña porque pensaba que algunas de sus posiciones extremistas podían restarle votos. Sin embargo, ha decidido incorporar a su Administración a varios de los que colaboraron con esa iniciativa.

El futuro presidente de la FCC criticó la aparición de la candidata demócrata Kamala Harris en el programa de humor Saturday Night Live, de la cadena NBC, en vísperas de las elecciones, y pidió sanciones a la cadena por ella. Trump ha sugerido en diversas ocasiones que está dispuesto a castigar a las televisiones que cree que le tratan de forma injusta y ha amenazado con retirar las licencias a grandes cadenas como NBC o CBS. La FCC es un organismo independiente, pero la sintonía de Trump y Musk con Carr puede condicionar su actuación.

Carr escribió el mes pasado un artículo de opinión en defensa de Starlink, la empresa de satélites propiedad de Elon Musk. La firma recibió ayudas por 885 millones de dólares de un fondo para aumentar la conectividad rural de banda ancha. Sin embargo, Starlink incumplió sus compromisos y la FCC revocó la ayuda. Fue entonces cuando el comisionado publicó un artículo de opinión en The Wall Street Journal en el que señalaba que la revocación de la multimillonaria subvención no podía explicarse “por ninguna aplicación objetiva de los hechos, la ley o una política sensata”. “En mi opinión, no es más que una guerra legal contra uno de los principales objetivos de la izquierda: el señor Musk”, aseguraba en su artículo. Musk, que se ha beneficiado de multimillonarios contratos públicos y ayudas federales, ha recibido como misión una reforma drástica de la Administración para recortar el gasto de forma significativa.

El futuro presidente de la FCC también se inscribe en esa órbita desreguladora, pero cuando se trata de las grandes tecnológicas, lo que quiere es imponer nuevas regulaciones que afecten a sus contenidos. Carr remitió recientemente una carta dirigida a los primeros ejecutivos de Apple, Microsoft, Alphabet y Meta con un requerimiento de información sobre sus políticas de verificación de hechos y moderación de contenidos. Carr interpreta esas prácticas como una forma de silenciar a las voces de derechas y atentar contra la libertad de expresión.

El futuro presidente de la FCC también se mostró muy crítico con la nueva regulación de la neutralidad en la Red, impulsada por los demócratas recientemente a través de dicho organismo regulador. La FCC blindó el principio de neutralidad en la Red en 2015, durante la presidencia de Barack Obama. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el dominio republicano del consejo de la FCC, el regulador decidió eliminarla en 2017. Los efectos han sido limitados. Ya hubo entonces expertos que señalaron con las predicciones apocalípticas eran algo exageradas. Aun así, bajo la presidencia de Joe Biden, se ha vuelto a aprobar una normativa de neutralidad en la Red que, además, define internet como un servicio esencial y estrecha la supervisión de las operadoras.

Carr se mostró muy crítico con la “retórica apocalíptica” que acompañó a la regulación de la neutralidad en la Red. “Los medios de comunicación y los políticos repitieron como loros sin sentido sus afirmaciones. Predijeron ‘el fin de Internet tal y como lo conocemos’. Los consumidores tendrían que pagar para acceder a los sitios web. Nada de eso ocurrió. Los estadounidenses fueron objeto de uno de los mayores engaños de la historia de la regulación”, dijo en un comunicado de respuesta a la nueva norma.

“La orden de hoy no trata de corregir un fallo del mercado. El acceso a la banda ancha es más dinámico y competitivo que nunca, independientemente de cómo se analicen los datos. Los estadounidenses se benefician de precios más bajos, velocidades más rápidas, una cobertura más amplia y profunda, una mayor competencia y una aceleración de la construcción de Internet”, añadía Barr, que auguraba una menor inversión como consecuencia del intervencionismo regulatorio.

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